Jalisco se ha convertido, con el paso de las décadas, como uno de los territorios más llamativos para distintas organizaciones criminales. (Infobae México/Jovani Pérez) La reciente desaparición de cinco jóvenes en el municipio de Lagos de Moreno ha colocado, una vez más, el tema de la violencia en Jalisco entre los asuntos principales del debate
Jalisco se ha convertido, con el paso de las décadas, como uno de los territorios más llamativos para distintas organizaciones criminales. (Infobae México/Jovani Pérez)
La reciente desaparición de cinco jóvenes en el municipio de Lagos de Moreno ha colocado, una vez más, el tema de la violencia en Jalisco entre los asuntos principales del debate público.
Debido a su acceso a la costa del Pacífico, así como su colindancia con siete estados de la república, Jalisco es un territorio sumamente atractivo para los grupos del crimen organizado, pues les brinda toda una gama de posibilidades para desarrollar distintos negocios ilegales, como el narcotráfico, lavado de dinero y robo de combustible, por mencionar algunos.
Informes de inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y estudios del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) consultados por Infobae México permitieron hacer un rastreo del panorama criminal en la entidad que, desde diciembre de 2018, ha gobernado Enrique Alfaro.
Con datos actualizados hasta finales de 2022, la estructura con mayor poderío en los más de 78 mil kilómetros cuadrados que comprende el estado es el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), ya que está presente en los 125 municipios, ya sea mediante su estructura de base, o a través de células aliadas.
Hasta 2017, parecía que el grupo liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, tenía un control casi absoluto en la totalidad del estado. El 29 de diciembre de ese año obtuvo su libertad Erick Valencia Salazar, alias “El 85″, uno de los fundadores del CJNG que fue capturado en 2012 por una presunta traición del “Mencho”.
Al regresar a las calles, “El 85″ le hizo una declaratoria frontal de guerra al “Mencho” y fundó el Cártel Nueva Plaza (CNP) junto con Carlos Sánchez Martínez, alias “El Cholo”. En aquel entonces, este nuevo grupo recibió apoyo del Cártel de Sinaloa para disputar las plazas que el CJNG tenía bajo su mando.
Dado que “El Cholo” fue asesinado en marzo de 2021 por supuestos sicarios del CJNG y “El 85″ se encuentra preso desde septiembre de 2022, los informes del Ejército expusieron que el mando pasó a manos de alguien identificado como Juan Pablo Sánchez Martínez.
Con su liderazgo, el CNP mantendría su presencia en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), específicamente en los municipios de El Salto, Tonalá, Tlaquepaque, Guadalajara, Chapala, Juanacatlán, Poncitlán, Tlajomulco de Zúñiga e Ixtlahuacán de los Membrillos.
«El 85» fue uno de los fundadores del CJNG y, debido a una traición del «Mencho», creó la célula rival del Cártel Nueva Plaza. (JUAN PABLO ZAMORA /CUARTOSCURO)
Sumado a esto, los documentos exponen que el Cártel de Sinaloa, específicamente la facción alineada a Los Chapitos, también habría logrado asentarse en una de las regiones de mayor importancia en el estado: Los Altos Norte.
De la mano de los hermanos Mario y Ramón González Martínez, hijos de un fallecido colaborador de Joaquín “El Chapo” Guzmán, surgió una célula identificada como Los Herederos.
Además de la cercanía de su papá con Guzmán Loera, Mario González Martínez, alias “El Flama”, aprovechó su íntima amistad con Iván Archivaldo Guzmán —uno de Los Chapitos— para consolidarse como el jefe del cártel sinaloense en los municipios de Teocaltiche, Villa Hidalgo, Encarnación de Díaz y Ojuelos de Jalisco.
Ramón González, por su parte, sería el encargado de coordinar a los sicarios del grupo que se han enfrentado al cártel de las cuatro letras en la zona. Los reportes militares identificaron que Los Herederos sería la banda encargada de distribuir la droga sintética de Los Chapitos en Los Altos Norte.
Mario González Martínez fue identificado como líder del Cártel de Sinaloa en Jalisco. (Cuartoscuro)
Por otro lado, el CJNG tiene en casa un aliado que le ha permitido mantener a flote un sinfín de negocios criminales: Los Cuinis.
Identificados como el brazo financiero del CJNG, el clan familiar de los González Valencia ha encabezado una importante red de empresas —desde restaurantes hasta hoteles y salones de belleza— para lavar dinero. Tal ha sido su crecimiento en este ámbito que autoridades mexicanas consideran a Los Cuinis como una de las organizaciones criminales más ricas del país.
Documentos oficiales de la Administración de Control de Drogas (DEA) y la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) han rastreado una inmensa red empresarial encabezada por Los Cuinis en municipios como Zapopan, Guadalajara y Tapalpa.
La vinculación entre Los Cuinis y el CJNG no responde únicamente a intereses económicos, pues Rosalinda González Valencia —sobrina del fundador del Cártel del Milenio—, es esposa del “Mencho”. De esta forma, a partir de operaciones criminales y nexos familiares, el cártel de las cuatro letras ha amasado una incalculable fortuna.
Rosalinda González Valencia, esposa del «Mencho», es una de las principales figuras en la estructura financiera del CJNG.
Como es lógico en el contexto de los grupos criminales, el CJNG ha tenido que resguardar su territorio a base de plomo y sangre. Para ello, según puede apreciarse en los documentos hackeados al Ejército Mexicano, ha formado al menos ocho brazos armados, desplegados a lo largo de todo Jalisco.
En la Zona Metropolitana de Guadalajara, donde el conflicto les estalló en la cara con el Cártel Nueva Plaza, opera el Grupo Delta, cuya existencia fue reconocida oficialmente por primera vez en septiembre de 2018.
Liderado por Francisco Javier Gudiño Haro, el Grupo Delta estaría ligado a crímenes de alto impacto —incluido el atentado contra el exfiscal Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco— y sería el encargado de confrontar al CNP en la región central de la entidad.
(Infobae México/Jovani Pérez)
Otro equipo de sicarios de alta relevancia al interior del cártel del “Mencho” es el Grupo Élite Delictivo de Reacción Inmediata (GEDDRI), cuyas incursiones bélicas están enfocadas en impedir el avance del Cártel de Sinaloa en Los Altos.
Al mando de este mini ejército está Hugo Gonzalo Mendoza Gaytán, alias “El Sapo” o “El 90″, jefe de plaza en Puerto Vallarta e identificado como la mano derecha de Oseguera Cervantes.
Debido a su amplia y cruenta trayectoria en el CJNG, se presume que él podría ser quien tome el mando cuando “El Mencho” deje de ser el máximo líder, pues acumula una atroz lista de labores como conflictos armados para el control de plazas, reclutamiento de sicarios, desapariciones y homicidios.
Además, entre los hechos atribuidos al “Sapo” también está el asesinato del exgobernador Aristóteles Sandoval.
La lista de brazos armados del CJNG se completa con el CJNG 2000 Grupo Élite (en la zona norte), el Brazo Armado del 15 (en zonas sur y sureste), Gente del Mencho Señor 18 (en la Costa Sur) y las Fuerzas Especiales Mencho (en los límites con Michoacán).
Por si esto fuera poco, el “El Mencho” tiene a su disposición a la Fuerza Especial del Alto Mando, que trabaja como su escolta personal, y a las Fuerzas Especiales Grupo Élite, cuya única encomienda es “hacer frente a cárteles antagónicos”, según establecen los informes de la Sedena.
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