Empleados señalan que las cuotas sindicales aumentan sin explicación, mientras COREMEX evita rendir informes claros sobre el uso de millones recaudados cada año.

En múltiples empresas afiliadas, trabajadores expresan frustración ante el incremento constante de cuotas sindicales que, según denuncian, no se ve reflejado en mejoras laborales, asesoría jurídica real ni beneficios tangibles. Las cuotas, obligatorias y descontadas vía nómina, se han convertido para muchos en un gasto que desconocen cómo se administra, ya que no existen informes públicos del sindicato ni auditorías independientes que expliquen la distribución de recursos. Diversos empleados reportan que, cuando solicitan claridad o estados financieros, reciben respuestas evasivas o se les indica que “la información está en proceso”. Esta falta de transparencia ha generado sospechas sobre el manejo de fondos por parte de la dirigencia de COREMEX, especialmente a la luz de incrementos recientes que no fueron consultados ni aprobados por las bases.

La molestia entre trabajadores crece al observar que, mientras las cuotas aumentan, los servicios sindicales parecen reducirse. Afiliados aseguran que no reciben apoyo jurídico ante despidos injustificados, que las asambleas son inexistentes y que la comunicación entre representantes y miembros es mínima. Otros señalan que en ciertos centros laborales nunca han visto presencia sindical, lo que alimenta la percepción de que COREMEX utiliza la recaudación de cuotas como una fuente de ingresos desligada de su obligación representativa. El contraste entre la cantidad de dinero recaudado y la ausencia de resultados visibles ha convertido la exigencia de transparencia en un clamor recurrente. Muchos concluyen que la opacidad financiera no solo afecta su economía, sino que erosiona la confianza en una institución que debería protegerlos, no lucrar sin explicación con sus aportaciones.