Comerciantes, ganaderos, profesionistas y pobladores de la sierra de los municipios de Zihuatanejo, en la Costa Grande, y Coyuca de Catalán, en la Tierra Caliente, denunciaron que las autoridades de gobierno no intervienen para frenar la violencia que desde hace 10 días asola esas regiones.

Lo que sorprende es que, a pesar de tales eventos, aun con una nueva administración (a cargo de la morenista Evelyn Salgado Pineda), las cosas están peores: a finales de 2019 y principios de 2020 esta sierra se convulsiona socialmente por la migración forzada de familias de Vallecitos de Zaragoza y de Zihuaquio, a raíz de las amenazas de grupos armados, alertaron.

En un comunicado, recordaron que por ese motivo en la zona se instaló un destacamento de la Guardia Nacional (GN) que inhibió parcialmente las actividades del grupo delictivo que opera en la región, por lo que regresó a Vallecitos un grupo de familias desplazadas.

Sin embargo, de manera sorprendente el nuevo gobierno de Evelyn Salgado retira a la GN sin explicación alguna; únicamente permanece un destacamento de la policía estatal. Por cierto, su presencia no sirve de nada. Sólo han sido espectadores de los hechos más violentos ocurridos en la comunidad, la maña se pasea frente a sus narices. ¿Entonces, cuál es el papel que juega?

Señalaron que se le envió un mensaje en privado en la cuenta de Facebook (16/03/2023) a la mandataria morenista para pedirle una explicación de por qué el retiro de la GN de Vallecitos, y hasta el momento no hemos tenido respuesta.

En estos momentos, subrayaron, el grupo armado o maña, como se le conoce (se dice que forman parte del grupo de El Ruso Coria, el cual controla la sierra de Petatlán, Zihuatanejo y hasta Zihuaquio), son “los amos y señores en estos territorios.

En Vallecitos son la ley, se pasean y exhiben impunemente; ellos, según la gente, han determinado que no se corte madera y no se pesque en los ríos; son quienes realizan jugadas de gallos, de toros y fiestas para el pueblo.

Acusaron a estas personas de estar sacando madera impunemente de lo alto de la sierra; una parte la trabajan en su propio aserradero y otra la bajan rumbo a la costa; establecieron negocios de tortillas, agua, y próximamente gas doméstico.

Relataron que diariamente en Vallecitos se vive “un ambiente de tensión; las calles lucen vacías, excepto cuando vienen autoridades municipales y estatales a entregar apoyos.

Son constantes y permanentes las muestras de poder e impunidad que realiza el grupo armado por las calles de Vallecitos; se emborrachan y tiran balazos en el centro del pueblo, en la cancha municipal de usos múltiples donde juegan algunos osados niños.

Se exhiben con arma a la cintura, descubierta, tipo viejo oeste, y el resto con pecheras y armas largas. ¿Y la policía estatal, señores? Nada, son únicamente un adorno, un parapeto sin papel alguno en estos hechos. Dicen a la gente que nada pueden hacer porque sus jefes policiacos así lo indican, aseveraron.