Las organizaciones criminales conocidas como los Tlacos o Federación Guerrerense y La Familia Michoacana habrían llegado a una acuerdo de tregua que permita frenar las masacres y enfrentamientos que se estaban haciendo cotidianos en la región de la Sierra especialmente en el municipio de San Miguel Totolapan.

De acuerdo con el sacerdote Filiberto Velázquez, en este diálogo de paz no intervino ningún representante de la Iglesia, fue una iniciativa que tomaron los propios jefes delincuenciales y no hay ningún detalle más que se pueda informar al respecto.

Testigos señalan que el acuerdo es muy básico y en el que únicamente ambos grupos respetarán los territorios que hasta el momento venían controlando, sin avanzar en ninguno de los sentidos, es decir La Familia Michoacana se queda en la Tierra Caliente sin intentar llegar a Tlacotepec y viceversa.

El municipio de la discordia, San Miguel Totolapan es importante ya que este lugar funge como punto de acceso y es un territorio que los Tlacos se negaban a cederlo.

Cabe señalar que un acuerdo parecido a este es el que se gestó en el municipio de Chilpancingo entre los Tlacos y los Ardillos que se dividieron las concesiones del transporte público y con ello garantizaron que no habría más ataques a choferes de taxis o urvan.

Los integrantes del clero han revelado que para este acuerdo en Chilpancingo no tuvieron intervención más que para proporcionarle los números telefónicos del grupo antagónico a cada uno de los líderes delincuenciales.

De esta forma fue iniciativa de ellos hablar para llegar a un acuerdo y de esta manera impedir que se siga generando más violencia y muertes en la capital.