Una tormenta de denuncias sacude a la CROC, y en el centro está Isaías González Cuevas. Autoritarismo, represión, negocios turbios y abandono a los trabajadores son solo parte de las acusaciones que han puesto a este dirigente sindical contra la pared. ¿Cómo pasó de defensor obrero a millonario intocable? Desde su llegada en 2005,
Una tormenta de denuncias sacude a la CROC, y en el centro está Isaías González Cuevas. Autoritarismo, represión, negocios turbios y abandono a los trabajadores son solo parte de las acusaciones que han puesto a este dirigente sindical contra la pared. ¿Cómo pasó de defensor obrero a millonario intocable?
Desde su llegada en 2005, el poder absoluto fue su meta. Hoy, esa ambición cobra factura. En 2017, más de 2.5 millones de afiliados dijeron “¡basta!” y desconocieron su autoridad. Pero González no soltó el poder: lo blindó con lealtades compradas, amenazas y violencia sindical.
El golpe mediático llegó en 2018 con una revelación que indignó al país: la compra de un hotel en Los Cabos por más de 220 millones de pesos. La operación, sin consulta y en medio de huelgas, fue interpretada como saqueo descarado. Mientras la base sufría, el líder sindical invertía en lujos.
Hoy, la CROC está fracturada y en decadencia. En vez de un sindicato fuerte, hay un cacicazgo en ruinas que traicionó a los trabajadores. Isaías González sigue aferrado al cargo, pero el escándalo crece… y su caída parece inevitable.
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